Adiós se dice con la boca pequeña. Se tarda menos de un segundo: se tarda poco en decir la palabra más cruel del mundo.
Me dice adiós la chica que amo. Adiós mirándome a los ojos, con la misma frialdad que quien dispara en la sien de un recién nacido. Adiós a la mujer a la que he querido dedicar mi vida entera:
-No quiero para nada tu vida –anuncia.
Creía que mi vida era gran cosa. Pero ahora me la devuelve dentro de una bolsa de basura. Mis ilusiones, mi sueño, mi trabajo, mi inteligencia no fue más que un engaño ¿Para qué sirvo en la vida? (…)
Y entonces, cuando hasta la chica más prepotente de gafas de pasta y más cuadernos «moleskine» pintarrajeados bajo su mesa Vintage está a punto de sentir ternura… Ezcritor continúa, y de repente mucha gente le odia porque no entiende su atrevida manera de ver las cosas, su «narración manchada», y lo que estoy seguro que va a hacer de su serie «Amor Sobrenatural» una serie genial y no solo un comienzo: Al Ezcritor se la refanfinfla todo; es un capullo de las palabras, un transgresor de lo correcto, pero no se trata de ningún imbécil y estoy tan seguro de que tiene tanto que ofrecer y tan buenos ratos que compartir, que me he puesto tan contento cuando me he enterado de que el amor sobrenatural por fin existe de verdad.
El texto del principio, por cierto, sigue así (que ya se me olvidaba):
(…) Me miro en el espejo y veo lo que mi prepotencia no me permitía ver: la tengo pequeña.
*(En este punto la ex-encandilada chica de las gafas de repente se crispa y se convierte en troll)
¡Pues sí amiguetes! Las palabras pueden decir a veces más cosas que una imagen aunque parezca que ya lo hemos olvidado (yo mismo he pasado de leer unos 3-4 libros de novela o poesía al mes a 5-6 al año). El caso es que hace algún tiempo ya os hable de éste tipo interesante (como mínimo mucho más entretenido que muchos otros autores), Ezcritor; pero hoy me alegra «tener» de nuevo que volver a hablar de él porque saltó, se la estaba jugando por conseguir su sueño del momento y hoy ha conseguido que los de 20 minutos por fin le compren la serie y no tenga que acabar como su vecina la chalada moribunda del carrito. Va a convertirse en uno de «los otros» y dentro de unos años, cuando seguramente lo de «series en Internet» no sea una locura porque sea lo habitual. también le podremos llamar un «visionario».
Amiguetes: Amor sobrenatural, la serie, ya es un hecho de 8 capítulos.
Se sospecha ahora que esos supuestos «pro» del cine con diplomas que no paran de criticarle desde la comodidad de su sueldo mileurista en plantilla fija, que no se arriesgan o se callan demasiadas cosas, están más cabreados que el casero del fugitivo antes de que le pillaran; pero es que en la vida no todo son títulos y subvenciones, y a veces hay que dejar de contar con ello y trabajar y soñar, como ha hecho Rafa, que además está haciendo un trabajo estupendo (gracias al equipo y eso, pero está quedando bien). No me enrollo más, que lo importante es la historia y encima ahora ya no tiene que ser tan «politicamente correcto» como en el primer capítulo, así que va a ser aún mejor.
Amor sobrenatural
*Y por cierto, la voz de la serie es inconfundible. Es la de Malevolia, mi vecina Martier, o como quieran llamarla. Maravillosa.
¡Enhorabuena Rafa! ¡ProduZtor!
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