Hasta hace no demasiado estuve viviendo en Irlanda durante bastante tiempo. Estudiando, trabajando, de fiestas y hasta con novia pelirroja digna de los típicos tópicos; así que si no llega a ser porque un día de Año Nuevo tuve un accidente bastante grande con la bicicleta y tuve que volver a España (los hospitales gratis y los seguros médicos de saldo no son algo tan normal como se cree) es posible que aún siguiera allí porque es un país donde podría sin duda gastar una vida.
España es uno de los mejores países que he probado, pero no es el único bueno y hay otros sitios como Eire (Irlanda) donde también se está tremendamente bien. En contra de los prejuicios típicos de los que no han viajado demasiado, o de lo que os cuente la gente que sólo ha estado dos-tres meses o de veraneo en Irlanda, el tiempo en aquella isla es bastante bueno si no te gusta cocerte (similar a Galicia), los irlandeses son muy simpáticos, las irlandesas son de media bastante guapas (en un grupo de 5 o 6 siempre habrá 2 o 3 bellezas), son bastante educados en general cuando no beben, se come bastante bien, los paísajes son preciosos, tienen unos sueldos y un concepto de los horarios bastante envidiable (eso de salir a las 7 de trabajar sería de locos), y hay mucha más «marcha» de la que se cree (tanta que hasta los funerales los celebran de fiesta).
El caso es que ya que en España no hay realmente un día nacional porque se han manipulado los conceptos, y como pequeño homenaje personal a la gente y vivencias que tuve por allí, para recordar un país que aún gusta mucho y al que este año no hemos podido ir pese a que teníamos planes para ello, yo sigo celebrando San Patrick a mi manera esté dónde esté.
Este año San Patricio, día nacional de Irlanda, me ha pillado en Calpe (Alicante) porque suelo ir por allí algunas veces al año: hemos terminado en el pub irlandes más típico de esa pequeña ciudad costera y nadie parecía estar celebrando nada; pero bueno. El local estaba bastante bien en cualquier caso, mi novia iba de verde, yo iba con un polo de Irlanda que me regaló un amigo que ahora vive en Londres pero que también anduvo por la isla de Poe, y hemos terminado en la playa borrachos como irlandeses.
San Patricio es el santo más venerado del mundo, la fiesta más celebrada en todos los países pese a que Irlanda es un país de menos de 5 millones de habitantes. Algo tienen estos irlandeses que siendo tan pocos tuvieron tan grandes escritores, músicos y tanto han dado que hablar en muchas películas.