Brandon Keim, de Wired, rescató un extenso artículo del New York Times en el que se abordaba una problemática para los pacientes bastante común a todas las clínicas médicas privadas del mundo: «si no logramos que el paciente se cure, volverá y podremos facturarle de nuevo«. Lo cierto, como apuntaba el artículo, es que en ningún otro campo los «consumidores» tienen un índice de tolerancia ante el error tan alto como en la medicina.
Una clínica de Pennsylvania llamada Geisinger se propuso acabar con esta lacra ética ofreciendo «tarifa plana» en cirugía, e incluyendo en la factura una garantía posoperatoria gratis de 90 días a costa de la clínica. Desde que aplicaron este método, el índice de errores ha descendido, y el porcentaje de recuperación de sus pacientes ha mejorado de forma significativa.»