Hacer fotos con flash y mirarles fijamente a los ojos puede molestar a los animales
Un gorila llamado Bokiko, exhibido en el zoo Blijdorp de la ciudad holandesa de Rotterdan, escapó de su jaula el pasado mes de mayo y atacó a varias personas antes de ser abatido con dardos tranquilizantes.
Solo una mujer fue herida directamente por el animal, que fue mordida en una mano. Las otras tres personas resultaron heridas de forma accidental: una mujer se cayó al intentar correr por la presencia del animal; un hombre que iba en silla de ruedas se lastimó al intentar salir del restaurante y un empleado sufrió un shock al ver al gorila suelto.
Tras buscar la razón a esta agresividad se descubrió que la culpable era la mujer que habia sido atacada en primero lugar.
Dicha mujer solía pasar muchos días en el zoo y se quedaba mirando fijamente al gorila durante bastante rato, según ella porque «pensaba que su presencia agradaba al animal».
En el lenguaje gestual de los simios (y de casi cualquier mamifero, incluídos los humanos) una mirada prolongada se interpreta como una amenaza, así que si quieres hacer enfadar a un animal nada mejor que mantenerle la mirada hasta que te ataque o te evite si está en una jaula.
Para evitar que accidentes similares ocurran de nuevo, en el zoo de Rotterdam reparten y obligan desde aquel suceso a usar estas gafas frente a los gorilas. Ridículas en apariencia, pero menos intrusivas para los animales.