La primera vez que ví un contenedor de reciclado de radiografías me chocó bastante porque no les veía otra utilidad que la de usarlas para quemarse los ojos al mirar eclipses. Pero no; resulta que el verdadero valor de este tipo de imágenes reside en realidad en que de cada kilogramo de radiografías pueden extraerse unos 5gr de plata, supongo (sólo supongo) que porque aún se basan en los piluros de plata que se usaban para plasmar la luz en las primeras fotografías. Farmaceuticos sin fronteras (empieza a resultarme pedante lo de «sin fronteras» aplicado a cualquier profesión, pero bueno) ha puesto en marcha una campaña para recogerlas y usar los fondos optenidos para llevar medicinas a los países pobres entre otras cosas.
Si os sobra alguna, en las farmacias las recogen.