(…) Tomó un genio forma de mendigo y le dijo a un zapatero: «hermano, hace tiempo que no como y me siento muy cansado, y aunque no tengo ni una sola moneda quisiera pedirte que me arreglaras mis sandalias para poder caminar».
– «¡Yo soy muy pobre, y ya estoy cansado de que todo el mundo venga a pedir y nadie a dar!», contestó el zapatero.
El genio le ofreció entonces lo q él quisiera.
– «¿Puedo pedir incluso dinero?», preguntó el tendero
El genio le respondió: «Efectivamente, yo puedo darte 10 millones, pero a cambio de tus piernas»
– «¿Para qué quiero yo 10 millones si no voy a poder caminar, bailar, moverme libremente?», dijo el zapatero.
Entonces el genio replicó: «Está bien, te podría dar 100 millones, a cambio de tus brazos».
El zapatero le contestó: «¿Para qué quiero yo 100 millones si no voy a poder comer solo, trabajar, jugar con mis hijos, etc.?.
Entonces el genio le ofreció: «En ese caso, te puedo dar 1000 millones a cambio de tus ojos».
El zapatero respondió asustado: «¿Para qué me sirven 1000 millones si no voy a poder ver el amanecer, ni a mi familia y mis amigos, ni todas las cosas que me rodean?».
Entonces, el genio, le replicó:
«Ah hermano mío, ya ves que fortuna tienes, qué rico eres, y no te das cuenta».