Para hacer cosas útiles el hombre ha de estar sólo, para ser feliz es mejor estar acompañado.
No todas las personas tienen la capacidad de sentirlo en la misma medida, pero para muchas otras creo que jamás podrá existir una droga en el mundo o en la imaginación de nadie tan potente, grande, divertida y cegadora como puede ser el amor.
Me parece que quizás es un tópico pero realmente creo que el amor debe tener los mismos mecanismos que las drogas más adictivas. Rápidamente y por sorpresa puede ser como un juego divertido, hacerte feliz, obsesionarte, convertirse de repente en el centro de todo lo que hagas y puede incluso destruirte a base de anhelos de recuerdos que ni siquiera han sucedido. Las cosas pueden salir mal, el amor duele mucho y ha destruido a mucha gente; pero merece tanto la pena cuando se encuentra que quizás hasta merece la pena intentarlo. ¿Alguien conoce felicidad más plena y más simple que cuando quieres a alguien y esa persona también te quiere? Yo no.
El Taj Mahal lo mandó construir Sha Jahan por amor…
Somos peores y mucho más malvados que ellos, pero en el fondo también somos animales y si alguna vez has tenido una gata o perra el amor podría compararse -algo más evolucionado y civilizado por supuesto- al celo que los mamiferos tienen. Mi gata Mika se tiró desde un cuarto piso a las 5 de la mañana sabiendo que probablemente podía matarse simplemente porque un gato callejero debía estar maullando abajo. Su «historia de amor» no llego a iniciarse, pero el veterinario me costó como un anillo de matrimonio y aún así sigue cojeando un poco… Lo que quiero decir es que el amor es una gozada, pero nos vuelve tontos también a los humanos y es como la droga: divertido pero muy dañino porque aunque a veces se ha querido comparar, el amor no es como el sexo, es mucho más enrevesado y -como no podemos hacer cosas como masturbarnos el amor- el amor duele, no puede calmarse fácilmente, y da lugar a muchas cosas sin razón ninguna.
Aún así… VIva el amor. Feliz San Valentín.